Motivo:

Las normas vigentes de semillas de la UE provienen de una época en la que se subestimo la protección del medio ambiente, la naturaleza y la diversidad biológica. Hubo numerosas empresas semilleras que pusieron una amplia diversidad de variedades en el mercado. La mayoría de estas variedades podían ser re-sembradas después de la cosecha, una técnica que ha existido desde hace miles de años, en la historia agrícola.

En la década de 1980, dos nuevos términos se tuvieron que desarrollar para lo que previamente sólo había sido una práctica común: "Los derechos de los agricultores" en primer lugar y en segundo lugar "variedades de polinización abierta" (cuyas semillas producen la misma variedad, a menos que se crucen con variedades similares). Esto es debido a que el mercado de semillas cambió drásticamente. Hoy en día, las diez empresas más grandes dominan tres cuartas partes de mercado de las semillas del mundo, y más de la mitad del mercado mundial proviene de la industria química.

La mayoría de las variedades son objeto de restricciones legales y técnicas, que socavan el derecho de los agricultores a resembrar sus propias semillas. Los criterios introducidos para autorizar la comercialización de variedades, se aplican a las variedades industriales. La productividad y el aumento de la población mundial se utilizaron para justificar estos hechos. El informe completo de la Evaluación Internacional del Conocimiento, la Ciencia y la Tecnología en el Desarrollo Agrícola (IAASTD) ilustra la inestabilidad de este enfoque.

La diversidad de cultivos ha desaparecido en gran parte del mercado. Estas son las variedades no registradas - que son comercializadas por miles de intrépidos ciudadanos europeos sin el registro requerido. Hoy en día, dependemos de la amplia experiencia de ellos, y deberíamos alentar a que mas personas practiquen esta actividad, no sólo como un pasatiempo, sino también para generar ingresos y medios de vida.

Un segundo aspecto importante es que casi no se han desarrollado variedades apropiadas y específicas para la agricultura orgánica en virtud de su diversidad. La agricultura orgánica requiere plantas que sean vigorosas sin químicos. Esto sólo es posible con una amplia reserva de genes naturales. Sin embargo, estas variedades se consideran habitualmente como inaceptables para su registro conforme a los criterios actuales para el registro de semillas.

En nombre de todos los firmantes.

Reason:

The current EU seed regulations stem from a time in which environmental protection, nature and biological diversity were underestimated. There were numerous breeding enterprises which put an extensive diversity of varieties on the market. Most of these varieties could be re-sown after harvest, a technique which has existed for thousands of years, throughout agricultural history.

In the 1980s, two new terms had to be developed for what previously had just been common practice: firstly „farmers’ rights“ and secondly „open pollinated“ varieties (the seeds of which produce the same variety unless they cross with similar varieties). This is due to the fact that the seed market changed dramatically. Today, the ten biggest companies dominate three-quarters of the worlds’ seed market, and more than half of the global market comes from the chemical industry.

Most of the varieties are subject to legal and technical restrictions, which undermine re-sowing seed saved by the growers themselves. An official approval for the marketing of varieties was introduced, and the criteria for this are adapted to industrial varieties. Productivity and increasing world population were used to justify these developments. The comprehensive report of the International Assessment of Agricultural Knowledge, Science and Technology for Development (IAASTD) illustrates the instability of this approach.

Crop diversity has largely disappeared from the market. This concerns the diversity of non-registered varieties - they are traded by thousands of intrepid citizens in Europe without the required registration. Today, we rely on the extensive expertise of these people, and we should encourage the increasing amount of people engaging in this activity, not only as a hobby but also to generate income and a livelihood from it.

A second important aspect is that hardly any appropriate varieties have been bred specifically for organic agriculture by virtue of their diversity. However, organic farming needs plants that are powerful without chemicals. This is only possible with a wide-ranging, natural gene pool. Such varieties are routinely deemed to be unacceptable for registration under the current criteria for seed registration.

On behalf of all signatories