Con la reedición de la Mainzer Steinhalle, el mundo epigráfico y todo el campo de los estudios clásicos perderán un laboratorio central de conocimientos, un lugar para la formación de jóvenes estudiosos y la promoción del futuro, así como un importante escaparate de la vida antigua inmediata y de la diversidad. No existe una presentación comparable de inscripciones latinas al norte de los Alpes.
Mainz desaparece de la percepción de toda una rama de la ciencia con los planes del parlamento estatal.
No habrá más excursiones al Landesmuseum por parte de arqueólogos e historiadores alemanes y extranjeros, porque la Sala de Piedra es su corazón. Es de carácter internacional y lo seguirá siendo exclusivamente en su forma anterior, es decir, la presentación de un número abrumadoramente grande de testimonios directos de personas antiguas. La reducción a "aspectos culturales destacados" ignora el valor expresivo de las inscripciones de tumbas de 2000 años de antigüedad, de los homenajes a los dioses, de las inscripciones de los edificios, etc. La sola variedad y multiplicidad quita interés al visitante. Sólo la diversidad y la multiplicidad cautivan al visitante, le muestran los paralelismos y las diferencias con el mundo actual. Sólo la diversidad de los testimonios antiguos proporciona una visión real y diferenciada de la vida de hace 2000 años, informa exhaustivamente y no deja que la antigüedad se convierta en un escenario reducido, un telón de fondo sin contenido ni valor.
Con la reedición de la Sala de Piedra de Maguncia, el Museo Estatal de Maguncia, la ciudad de Maguncia pierde un punto de venta único e identificable.
No son muchas las ciudades europeas que ya eran capitales hace 2000 años y lo siguen siendo hoy en día, y menos aún las que cuentan con un tesoro de testimonios tan rico, en el que todavía se puede estar tan cerca de los antiguos "normales" como Maguncia con su Sala de Piedra.